CARTA A MI "CASI ALGO"
No sé si fuiste mi "casi algo", "casi nada" o "casi todo". No sé que fuiste, no sé quién eres, no sé qué papel jugué en esta historia. Esto me costó caro. He pasado un año de vida bailando al son de tu esquiva presencia, de tus idas y venidas, de tus actos que no se condicen con tus palabras, de una inconsistencia que me terminó por dañar. Sé que no fue tu intención pero siempre supiste lo que hacías.
Deposité toda mi energía en ti, me dediqué a idealizarte, a construir castillos en el aire con pesados ladrillos imaginarios. Perdí mi creatividad y concentración. No fue tu culpa, o tal vez sí, no sé nada, estoy confundida traes caos a mi vida. Caos que voluntariamente perseguí sabiendo que me precipitaba al vacío. Necesitaba una chispa y te transformaste en una hoguera.
En tu defensa siempre fuiste honesto, brutalmente honesto. Desde el primer momento manifestaste tu indisponibilidad emocional y tu búsqueda de afectos desechables. Tu rechazo al compromiso, el pánico que te provoca el enamoramiento, tus miedos y traumas más profundos. Nunca me prometiste nada. Todo lo anterior lo agradezco, intenté no tener expectativas, pero no me resultó. Esta es mi interpretación de los hechos.
¿Me siento tonta? me pregunto de tanto en tanto más no me juzgo pues fue imposible resistirme a tus encantos, a tus melancólicos ojos azules, a tus besos apasionados, a tus abrazos contenedores que juntaban todas mis partes rotas. A tu inteligencia, ternura, simpatía y carisma, a tu gusto por la música. Hay tantas canciones que me recuerdan a ti. Esta historia tuvo su propia banda sonora. Tremendo soundtrack.
Contigo viví momentos hermosos e inolvidables; risas, cantos, bailes, conversaciones profundas, fuimos aliados, cómplices y enemigos. Tardamos ocho meses en darnos el primer beso, fuiste muy paciente, un cortejo a la antigua. Me sentí tan agasajada con flores, regalos, cenas - me hiciste el pan más rico del mundo - tuvimos citas para mi cumpleaños y navidad, hasta me presentaste a tus amigos pero claro, no querías nada serio. Todo esto inevitablemente me confundió. No me enamoré de ti más me apegué a tu existencia a pesar de que en cada cita te empeñabas en recordarme que no era la única. Esto era totalmente innecesario porque siempre lo supe. Desalentaste mis afectos, de alguna manera fue cruel. Eso no es responsabilidad afectiva, aunque creas lo contrario o quizá ¿sí? Este punto es discutible.
A pesar de todo lo anterior y el desorden que provocas me diste unas de las historias más lindas y complejas, serás un capítulo de mi libro. Me ayudaste en muchos sentidos. Traspasaste mis barreras. Ambos luchamos por construir una relación humana, conectamos en diversos aspectos. Nos perdonamos muchas veces porque merecía la pena conocernos, sabíamos que entre los dos había algo inexplicable, casi mágico, había un "nosotros". Qué diferente hubiese sido todo si fueses una persona emocionalmente sana, si no te boicotearas y dejaras penetrar los enormes muros de acero que te construiste para proteger tu dañado corazón. De alguna manera te entiendo.
Contigo descubrí mi capacidad de dar amor, tengo tanto por entregar. Tuve detalles que jamás imaginé, incluso te pinté un arcoíris. Nunca me había dedicado tanto a demostrar cariño, quizá porque sé que lo necesitas mucho. Intenté dar lo mejor de mi y tengo la sensación que también te esforzaste pero no podías con tanto. Te cuidé, aconsejé y hasta traté de protegerte de ti mismo pero la verdad es que no soy sicóloga ni terapeuta. También asumo que hubo ocasiones donde te causé dolor. Lo siento, pero toda esta inestabilidad me estresó, solamente me defendía.
Sin embargo, puedo asegurar que mi corta presencia en tu vida fue significativa en tu larga lista de conquistas. Eso jamás lo sabré a ciencia cierta porque nunca me dijiste nada. Hasta creo que logré traspasar, por una delgada grieta, tu corazón queriéndome un poquito o puedo estar totalmente equivocada porque alguien que quiere cuida. Romantizo mucho todo. Claramente no sentimos lo mismo.
Nuestro encuentro en esta vida no fue casual, ambos llegamos a enseñarnos algo. Sería obtusa si pensara que solo me trajiste desconsuelo, no fue así. Repito, no te quiero culpar pues este tango lo bailamos los dos. Acá no hay buenos ni malos solo dos personas heridas que necesitaban cariño. Te juro que quiero lo mejor para ti, quiero que seas muy feliz.
Lo de la amistad no es una opción, también lo intenté cuando me di cuenta que no podía seguir aceptando tus términos y condiciones. No puedo ser amiga de alguien que me provoca semejante deseo porque cuando te veo me dan unas ganas locas de cobijarme en tu pecho, que me abraces con tus fuertes brazos, acaricies mi pelo y beses con ternura. Por la cresta, a veces siento un poco de rabia pero no estoy para cariños a medias, amores tibios, indiferencia, ansiedad descontrolada.
Toda esta experiencia, a pesar de sus sinsabores, me sirvió para saber lo que realmente quiero y merezco. No estoy dispuesta a aceptar amores condicionales. Jamás intentaré nuevamente "hacerme la moderna" aceptando migajas de cariño pues pongo en juego mi estabilidad mental y emocional que tanto me ha costado. Años de terapia. No los sacrificaré por ti ni por nadie. Gracias por hacerme ver esto. Sin embargo no me arrepiento de nada, esta historia mereció la pena vivirla.
Necesito alguien que me de paz, seguridad, que sea consistente en sus afectos y presencia, alguien que quiera compartir su vida conmigo, que no me suelte de la mano, me de exclusividad y respete porque todo eso puedo corresponderlo. Si no me supiste apreciar que pena, pues estaba dispuesta a quererte genuina y sanamente a pesar de todos tus fantasmas, horrores y heridas. Para mi este juego emocional se acabó, se hizo añicos junto con mis ganas de sostenerte, contenerte y abrazarte.
En este minuto siento pena, incluso dolor por tener que soltarte pero, a la vez, alivio al liberarme. Te bloquearé de mi vida porque así se estilan las relaciones actuales, un clic y desapareces. Necesito que desaparezcas por la eternidad, no porque te desprecie sino porque me traicioné a mi misma, traicioné mis principios. Por favor no te acerques porque quiebras mi voluntad.
Te quiero, te quiero mucho, te lo dije varias veces pero debo continuar, cerrar la puerta con mil pestillos y candados para trazar este nuevo tramo de mi vida abriendo espacio a nuevas oportunidades, nuevas experiencias, nuevas personas. Me aburrí de los “te los dije” de mis amigas. Me aburrí de la espera, de los mensajes monosilábicos, de estar disponible cuando tenías tiempo, de las minas, de las incoherencias, de hecho me aburrí de mi misma en este loop. Necesito volver a mi.
En esta historia no supe manejar ni gestionar mis emociones. Vivir este tipo de vínculo adolescente en etapa adulta es desconcertante. Por eso te escribo esta carta para decirte lo que nunca dije de manera precisa. No quiero malos entendidos. Sé que puede ser contradictorio, por un lado te quiero y por otro no quiero verte más, pero convengamos algo ¿ Cuándo los sentimientos han sido coherentes? No es que yo no sea para ti, es que tú no eres para mi.
Las voces fueron más fuertes que los besos. Con cariño,
Lore
Comentarios
Publicar un comentario