FRAGMENTOS DE UNA HISTORIA INCONCLUSA
Murió el padre, mi padre, esa figura paterna desdibujada en mi inconsciente, una maraña de ideas de un hombre ausente pero presente en cada parte de mi, alguien que marcó mi vida a fuego dejando cicatrices en el alma y fragmentos de una historia inconclusa. El pasado martes suena el teléfono mientras me reponía de una sedación por endoscopía, era mi tía Flori, alguien con quién no tenía contacto hace más de treinta años. Con voz amorosa dice "Lore, tu padre está falleciendo. Te invito a que cierres un ciclo, avísale a tu hermana". En este momento sentí que toda mi historia recrudecía. Me había puesto en esa situación muchas veces pero jamás pensé que ese día llegaría. No lo dudé, fui por mi no por él. No hablábamos hace seis años y jamás lo volvería hacer porque estaba desahuciado e inconsciente. (Esta parte de mi historia está en el relato "Las heridas del padre" escrita desde el más absoluto resentimiento). Agarré el auto y partí raudamente con mi hermana. Mi